miércoles, 6 de octubre de 2010

CON OJERAS, SIN VERGÜENZA, CON ALETAS


Calentamiento o handing:
Con ojeras, sin vergüenza, con cuerpo de otoño y calcetines de lana febriles. Con ganas de tocar el piano por tantos días de lluvia, de cocinar rico con luz baja y jazz, con recuerdos saltarines que piden la vez para saltar de la cabeza a la cazuela, con maletas inminentes. Como un caracol sobre el que describen círculos concéntricos cada vez más cómodos y estables. Metida en mi cubículo conectada por el cable umbilical a ahí fuera. Viendo el sol desde el cuarto piso sin ascensor y teniendo que mirar para arriba y de puntillas por el patio. Bajo las almohadas varios pijamas esperando la noche apropiada, las mariposas se posaron e ivernan junto a mi, el horno huele a romero y julieta, el vino tiñe la timidez sobria, las manos quieren amasar barro, los calendarios cambian sus oquedades, la ciudad respira nueva y expectante con un diafragma liberado por práctica miofascial. Merienda de ciruelas, me acuesto con escritores muertos sin conseguir conquistarles más que tres palabras antes del viaje. Desempolvando emociones que me acercan al Centro, a mi, el pez descubre el agua y estrena aletas nuevas de calma y poder. Cae la noche. Huelo a sushi.

1 comentario:

oligoqueto dijo...

Sin duda, mucho mejor este diseño que has escogido ahora.
No puedo pretender entender cada una de tus frases, porque seguro que el significado completo solo lo tienes tú, pero suenan bien, y suenan a encontrarse. Solo espero que lo de acostarse con escritores muertos no sea textual...
A ver si esta vez duras más, me alegro mucho de leerte.

Un beso.